Odio los viajes; eso de andar en algo que se mueva por mucho rato me marea y de paso, aburre.
Leí hace poco que el marearse por leer en un auto es producto de un problema al oído medio.
Desde que tengo memoria he sido la que se marea en los viajes y termina vomitando en alguna ropa, o con suerte alcanza a abrir alguna ventana y no manchar los bienes materiales de la familia.
En las micros me pasa lo mismo, y esto se agrava cuando llevo sus buenas horas sin comer; lo que suele suceder ciertos Sábado.
Aún así, me agrada viajar en micro.
Siempre ocurre algo, incluso cuando no ocurre algo.
Anoche vimos constantine en vcd.
Éramos cuatro personas, tres en una cama dirigida horizontalmente hacia el televisor y otra en otra cama con otra orientación hacia la caja negra.
Somos primos.
A quien le decimos tía no es por que lo sea, sino porque es la más vieja de los primos; además tiene sus achaques de viejita.
Debe ser muy diferente ver Constantine siendo creyente que no siéndolo.
Yo no lo soy.
No lo sé realmente.
Anoche vi una película de ficción, así lo sentí.
Como todas las películas de ficción, creí que sería interesante vivir una situación de ese tipo.
Al igual que Resident Evil 2.
La vimos más primos, y uno se quedó dormido a la mitad de la película.
Y me quedé con la duda del diablo, angeles, demonios, y dios metida en la nuca.
Aunque esa duda ya la tenía.
Al igual que otras dudas.
En el bus venía hilando palabras coherentes como si hablara sola en mi cabeza, y me di cuenta de que estoy comenzando a dejar de sentir.
Y me apena pensar tanto las cosas; observarlas y almacenarlas.
Sacar fotos al cementerio, o a cosas muertas.
No lo hago sin respeto, ni siquiera con él.
Entonces tal vez sí.
.
.
.
.
.
.
No me gustó leer eso.
Sigo escribiendo, vuelven las clases.
Me gustó estar en el sur.
No me gusta ver a mi abuelo triste, sin saber que hacer.
Salúoz para todos menos el que escribe al revés. (yo me entiendo)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario